lunes, 11 de enero de 2010

Cosas inútiles que hace la gente cuando hay nieve

Ponerle cadenas al coche: Si, ¿no? Y ya que estamos, también le ponemos pinchos, tachuelas, cinturón de balas y chupa de cuero al coche. Y dentro, sonando Cannibal Corpse a todo volumen.
Pensadlo bien: ¡Lo que hay que hacer es ponerle esquís al coche, idiotas!

Para lo único que va a servir la cadena es para atarla al parachoques y esperar a que algún gentilhombre os remolque (aunque admito que también puede servir para defenderse de los yetis que os ataquen).

¿Qué os pensáis, que volviendo al coche más metalero se va a acojonar la nieve y no os va a molestar? ¡Desengañaos!
A la nieve no le vacila nadie. La nieve es lo más brutal. Si le da la puta gana a la nieve, hoy no salen aviones y la gente se come entre sí.
Tanto es así que muchos ya se relamen cuando ven caer nieve, fantaseando con antelación sobre los manjares de carne humana que de buen seguro han de degustar o, al menos, eso creen ellos. ...Joder, me ha entrado hambre.

Echar sal a la nieve: Algo completamente inútil, a no ser que la estéis condimentando como paso previo a comérosla. Si ese es vuestro plan creedme, hay mucha nieve por ahí, así que más os vale traer hambre de varios días.

Sin embargo, más bien yo recomendaría echar azúcar, sacarina o salsa boloñesa, pero no sal… la sal es mala para la tensión arterial. Además, no combina mucho con la carne humana.

Hacer batallas de bolas de nieve: Mala idea, eso genera enemistades que pueden durar toda la vida y, además, una bola de nieve no es muy efectiva como arma, dificilmente neutralizará al contrario. Yo, siguiendo al maestro italiano Maquiavelo, que aconsejaba que si teníamos que dañar a alguien, el daño fuera tan grande que el otro ya no pudiera responder con represalia, recomiendo meter una piedra bien gorda dentro de la bola de nieve.

Si se levanta, que sea veinte años después y convertido en zombi.

Mandar quitanieves: ¿Qué el camión quitanieves quita la nieve? ¡Mentira! ¡Como mucho, la aparta hacia los lados!

Toda la nieve que estos trastos mueven para despejar las carreteras tiene que ir a algún sitio, ¿sabéis? ¿Y qué hay en las ciudades y pueblos aparte de las carreteras? ¡Las aceras y las puertas de vuestras casas, einsteins!
Así que si no podéis abrir la puerta y salir porque algún idiota ha acumulado la nieve de la calle en los laterales, ya sabéis a quien culpar: a Míster Quitanieves.

Cerrar los colegios: ¿Por qué? No, no ¡al contrario! ¡Hay que abrirlos el doble! Los niños tienen que aprender y estudiar a saco, para llegar a ser ingenieros y científicos que ideen y lleven a cabo proyectos que nos permitan manipular el clima y así derrotar definitivamente a la nieve… o crear bolas de nieve más poderosas con las que zanjar sus disputas personales, eso también me sirve.

Cancelar los vuelos: Eso sólo se hace porque no lo han pensado detenidamente. Los pilotos y controladores aéreos creen que se vuelan alto corren peligro de chocar con la inmensa bola de hielo galáctica de la que los pedacitos que nosotros conocemos como "nieve" se están desprendiendo.
Solución: volar más bajo, y de vez en cuando ir haciendo loopings de 360º para quitar toda la nieve que se haya acumulado sobre el avión.¡Volad, aviones, volad! ¡Vuestro amo y señor así os lo ordena!

2 comentarios:

  1. No sé si por buena o mala suerte en donde vivo no neva :-S

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  2. Lo de la sal es de auténtico mal gusto. Con un poco de azúcar, miel, unas fresas y cualquier otra gorrinada ya estaría lista para comer. Auténtica delicatessen.

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