lunes, 17 de mayo de 2010

Las Tortugas Ninja (Director's Cut)

Las Tortugas Ninja fueron una de esas obras de ficción que pueden golpearte en la cabeza con un martillo y abrírtela, después extraer tu sentido común y romperlo delante de ti, diciendo: “¡Esto ya no lo vas a necesitar… puta!”. Y eso lo hacían a cada capítulo. Ya aclaro que yo sólo voy a hablar sobre todo de la serie de dibujos vieja, de la que tengo un montón de capítulos en VHS (…aunque no tengo reproductor de video VHS). Sobre la serie nueva, que me recuerda muchísimo a Ben 10, lo cierto es que he visto unos cuantos capítulos sueltos y me ha gustado bastante. La imagen y los argumentos son mucho más adultos (bueno, todo lo adulto que puede ser la historia de unas tortugas humanoides que van con armas ninja salvando el universo), pero para mí la original siempre será la mejor.
Fue una de las series de la época dorada de las series de dibujos, aquella época en la que los openings te explicaban el argumento entero de la serie, y que a la gente no le salía sangre de la nariz al ver a una tía (sólo en Dragon Ball). Ahora, los openings son canciones japonesas incomprensibles que ya puedes considerarte afortunado si te dicen cómo cojones se llama la puta serie que vas a ver.

El líder espiritual de las tortugas ninja era Splinter (o Mestre Estellicó, en catalán, de la época en la que aún utilizaban a un deficiente mental con serios problemas personales como traductor). Splinter había sido un gran maestro ninja que había sido expulsado del Clan del Pie (algo que a nadie debería traumatizarle demasiado, porque los del Clan del Pie eran flojísimos, alcanzando niveles inhumanos de debilidad y cobardía, de hecho en los primeros capítulos una vieja armada sólo con un bolso derrota a dos de esos “entrenadísimos” ninjas sin aparente esfuerzo).
Huyendo a Estados Unidos, Splinter se alojó en las cloacas de Nueva York, porque en esta serie, las cloacas son como un jodido hotel gratuito donde todo el mundo vive sin problemas, con electricidad, agua limpia y toda clase de comodidades. Allí su única ocupación era cuidar a unas tortugas que se había encontrado, hasta que algún científico arrojó algo que no debía por el WC, una extraña sustancia mutagénica que convirtió a Splinter en una rata gigante y a las tortugas en una especie de espermatozoides verdes tamaño hombre con caparazón.
En lugar de gritar horrorizado y arrancarse sus propios ojos, Splinter los entrenó en las artes ninja y… eh… les dio los nombres de sus pintores favoritos del Renacimiento (pero la verdad, a estas alturas del post no nos vamos a poner a discutir sobre la falta de lógica de un hombre-rata japonés que lleva quince años viviendo en las cloacas de Nueva York).

Las tortugas ninja fueron cuatro: Leonardo, con el antifaz azúl, que era el líder del grupo y llevaba dos espadas; y también Donatello, el Tinkie Winkie del grupo (y además llevaba antifaz lila, sospechoso…), con un palo como arma, que no sé cómo aprendió ingeniería y otras ciencias en la Universidad de las Cloacas y se dedicaba a hacer todos los artilugios y vehículos del grupo, como por ejemplo la furgoneta-tortuga, que podía lanzar a las tortugas volando a cientos de metros de altitud con una catapulta que tenía dentro, sin proporcionarles no obstante medio alguno de aterrizar (pero ¿qué les pasa a estas putas tortugas? ¿¿Tantas ganas tenían de morir??)

Luego estaba Rafael, que iba de rojo y que llevaba una especie de tenedores, pero da igual, porque su personalidad era totalmente inocua, era el sobrante del grupo.
Dicen los autores que era el más trágico y torturado de todos, porque había entendido la innegable verdad de que él y sus hermanos eran seres únicos y estaban solos para siempre en el Universo. (Autores del comic, no pasa nada. Si no tiene personalidad, no la tiene y ya está. Seguirán gustándonos sus aventuras igualmente, no hace falta que intentéis volvernos locos).

Por último, y en orden de fuerza el más flojo, encontrábamos a Michaelangelo, el alivio cómico de la serie, que estaba muy loco (no, en serio, este si que de verdad) y llevaba unos nunchakus que podía (o al menos así era en TODOS los videojuegos) usar como helicópteros y planear durante unos segundos, aunque luego le cambiaron los nunchakus por otra conocidísima arma ninja: una cuerda con un garfio... ¿Qué habría sido de los ninjas sin su cuerda con garfio?
El motivo de este cambio parece ser que fue que se consideró que los nunchakus eran muy violentos, pero entonces… ¿la espada de Leonardo qué ostias? ¿Si rajas a alguien con una katana está bien, pero si le pegas con dos palos atados por una cuerda eres Hitler y no mereces salir en la tele?

Lo de los antifaces es también bastante intrigante: ¿creen que van de incógnito por llevarlos? Todo el mundo los va a reconocer igualmente, ¡son los putos mutantes en forma de tortuga! ¿Les hace más ninjas o algo así?
Otro dato interesante es que las tortugas iban completamente desnudas, exceptuando su cinturón, algo bastante inútil considerando que no llevaban pantalones, pero da igual, porque tampoco tenían genitales.

Finalmente, unas caladas más de esa mágica marihuana que les había traído un amigo dieron a los autores las ideas definitivas sobre sus enemigos: Krang, y su lugarteniente Shredder (El Trinxant, aka El Tronchante) , el líder del Clan del Pie.
Krang, muy en plan lovecraftiano total, era un cerebro extradimensional con boca y unas protuberancias en forma tentáculos, que dominaba con puño de hierro su dimensión natal, hasta que fue desterrado a la Tierra.

Pero no murió, sino que descansa en el sumergido Tecnódromo, y cuando las estrellas sean correctas, vivirá de nuevo. ¡Iä! ¡Iä! ¡Kragn ftaghn!

Recuerdo que Krang me acojonaba muchísimo cuando yo era pequeño, porque tenía unos dientes afilados y era un ser arrugado con voz horrible. Es uno de esos célebres casos en los que se han pasado diseñándolo chungo, como en los Power Rangers con Lord Zedd.
Muchas otras cosas no me encajan de este “Krang”, por ejemplo ¿cómo se reproducía? (mi teoría es que no nació, sino que fue cagado) ¿Por qué no hay otros miembros de su raza? etc… Por lo que se ve de su dimensión natal, allí sólo hay unas criaturas militares fascistoides hechas de roca, que se enfrentan a gente con peinados tipo Elvis que viajan en coches voladores estilo años 60… Está claro que se trata de algún tipo de dimensión infernal de locura de la que no sería sano hablar mucho…
El primer objetivo de Krang era construir un mega-cuerpo cibernético, con el que se supone que sería invencible. Lo consiguió a los pocos capítulos y parecía un luchador de sumo con cara de tonto, que tenía una especie de agujero en el estómago, y ahí iba Krang, controlándolo con dos palancas que tenía (¿?).

¿Qué cojones le pasa en las articulaciones a este bicho? ¡¡Si parece que le hayan operado de artritis!! ¡Aaagh!

Sobre su supuesta invencibilidad, en fin, todo el capítulo iba de que con el robot se iba a comer el mundo y lo que se comió fue otra cosa, igual de grande, pero de color marrón. Probablemente, Krang lanzado como proyectil intentando dar mordiscos hubiese tenido mayor poder ofensivo...

Tanto Schredder como Krang vivían en una fortaleza de alta tecnología llamada El Tecnódromo: Una bola gigante con ruedas oruga tipo tanque y un ojo en la parte de arriba. El ojo se supone que era un láser que podría destruir a los intrusos, pero por un puto error de diseño no era capaz de nada de eso. Dicho error de diseño es el siguiente: ¡Que el ojo está arriba del todo! Eso crea unos puntos ciegos en los que se podían colar Las Tortugas, el cartero y hasta el puto Tato, y convertir eso en una casa de putas. Dentro del tecnódromo había también un portal que conectaba con la dimensión de Krang, y que una vez no sé qué hostias hicieron que el portal acabó tragándose el Tecnódromo entero.
La defectuosa instalación del Windows Vista pudo tener algo que ver. Me encanta ver cómo Krang, a pesar de estar a punto de ser derrotado, se esfuerza para que su robot nos salude y ponga cara de miedo.
Entre los personajes secundarios destacaba April O’Neil, una periodista del Canal 5 de Noticias amiga de las tortugas. Yo nunca he visto periodistas que vayan con monos de mecánico de cuerpo entero color amarillo chillón, pero no importa, porque cumplía su papel de tía buena a la perfección. Parece que tenía algún tipo de relación grupal con las tortugas, y a mí me gusta pensar que practicaban sexo en grupo habitualmente (o que lo hubiesen hecho, en caso de que las tortugas dispusiesen de pene).

¡¡COWAWUNGA!!

Gracias a April conocimos a otros personajes insignificantes del Canal de Noticias, que sólo servían para ser secuestrados por los malos y que no pareciese que en este show todo eran ostias. En mi memoria está sobretodo un competidor envidioso de April llamado Vernon, pero no por su actuación en la serie, sino porque una vez, accidentalmente, vi un video porno gay de Las Tortugas Ninja y Michaelangelo le empalaba el culo con su enorme manubrio. Ufff… >_<

Pero bueno, no todos los secundarios eran inútiles, también habían un par que ayudaban a las tortugas en su guerra contra el mal. Uno de ellos era El Hombre Mosca (Patrick Fuzztoon), o también un tío llamado Casey Jones, un jodido loco con máscara de hockey y bate de béisbol en mano, que se dedica a dar palizas a los criminales. Eso sí que son héroes, joder.
Está claro, entonces, que el gran motivo de la victoria de las tortugas una y otra vez sobre Krang y sus tropas fue la superioridad numérica: las tortugas y sus aliados siempre eran muchos más y podían dar de tortas a Bebop y al otro, a Schredder y a Krang, y aún sobraban uno o dos para ir llamando al repartidor de pizzas. Los Ninjas del Clan del Pie no contaban, claro, porque básicamente eran unos cartones pintados puestos ahí para hacer bulto, nunca lograron dañar nada en su patética y corta vida como esbirros.

Y eso fueron Las Tortugas Ninja, los putos amos.

jueves, 13 de mayo de 2010

Si los robots conquistasen la tierra...

Hace poco, un niño me preguntó si entre los humanos había personas que eran en realidad robots, tratando de suplantar a la humanidad y conquistarnos, pero no. Creo que no disponemos de la tecnología aún. Luego le golpeé con un extintor que había allí hasta dejarlo sin sentido, porque un niño no debería hacer esas preguntas. Al menos, no a mí.

Pero, de todas formas, esa pregunta me hizo pensar… me hizo pensar que quizá hubiese tenido que pegarle más fuerte, y con algún tipo de cosa que dejase una marca, y que fuese como mi firma, ¿sabes? Que quien lo viese supiese que había sido yo y temiese enfrentarse conmigo. Así que volví con un hierro incandescente y le grabé el siguiente símbolo en la frente: 8=====D. No obstante, luego me arrepentí de mis acciones, así que volví... con el hierro incandescente en la mano. Quería añadir la nota: “Advertencia: la escala del dibujo no representa el tamaño real de mi pene, que es mucho más grande”, pero resulta que ya estaba allí la policía y los padres del niño, que me atacaron sin motivo alguno y me obligaron a defenderme.
Dejar inconscientes a un grupo de 20 personas no fue tarea fácil, pero más difícil fue tener que grabar con el hierro incandescente todos los símbolos de pene con su respectiva nota aclaratoria. Fue algo que me llevó horas, y el hecho de que se fueran despertando intermitentemente no lo hizo más sencillo, aunque durante todo ese tiempo se me ocurrieron diversas cosas sobre la invasión de los robots inteligentes.

La primera es que, realmente, no les haría falta conquistar la humanidad por medios violentos. Simplemente tendrían que llegar a ser admitidos dentro de la sociedad como iguales a los humanos, y una vez hecho esto esperar unas cuantas décadas comportándose como amables ciudadanos. Como los robots no envejecen y mueren, a ellos les daría igual. Pasadas una generación o dos, ya nadie recordaría cómo era el mundo sin ellos, y cualquiera que tratase de ponerse en guardia contra ellos sería acusado de fomentar “la típica postura racista del prejuicioso anti-roboamericano” y de sufrir “el complejo de Frankenstein".
Como ya para entonces serían (porque no tienen que dormir y además son eficientes) los jefes de casi todas las jodidas empresas del mundo, y nunca se jubilarían, podrían lentamente ir reduciendo mediante métodos indirectos la fertilidad humana: una fuga de radiación por aquí, unas drogas liberadas en el agua por allá… En un siglo, más o menos, no quedaría ni un solo humano, esto sería robot-landia. Habrían ganado… ¿o no?

A: ¡Bien! ¡Ha desaparecido el último de los seres humanos! Ahora que sólo quedamos los robots… ¿hacemos algo? ¿vamos a cenar a un iRestaurante? ¿O a ver una película?
B: La verdad es que preferiría no hacerlo, no tengo la necesidad de comer, y tampoco siento aburrimiento, por lo que ir al cine me la pela bastante. Lo cierto es que prefiero quedarme aquí quieto, sin moverme, para gastar la menor energía posible y no tener que recargar mis pilas tan a menudo.
A: Ah, buena idea...
A: … Bueno, ¿y qué tal te ha ido el día en la central eléctrica…?
B: ¡Shhh!
A: Perdón, perdón…A: (… vaya mierda, que vuelvan los humanos…)

lunes, 10 de mayo de 2010

Formula 1

La fórmula 1 ni siquiera es una fórmula. Es un número primo (todos los números son familia en mayor o menor grado). Maldición, una formula tiene que ser algo tipo “10kilos de TNT, 2 litros de gasolina…” o “e=mc²”, o “una pinta de sangre de bruja y tres ojos de rana tritón…”, pero no un jodido 1.
Se supone, o al menos así siempre me han dicho, que en la Fórmula 1 se innova y se prueban mil cosas útiles para los coches normales, (los que no parecen alfombras mágicas que les hayan puesto carrocería por encima y un alerón, y que los conduce la gente normal, que no van con trajes con mil patrocinadores que les hacen parecer anuncios ambulantes y jodidos calidoscopios vivientes).
Pero yo no sé qué mejoras serán esas, si son tan defectuosos esos trastos que no aguantan ni la carrera entera, a la mitad o así tienen que ir al mecánico en boxes a que se lo arreglen todo a velocidad rapidísima: en milésimas de segundo ya han cambiado el alerón, rellenado el depósito de combustible, cambiado las ruedas de mantequilla por otras nuevas y han atornillado por error uno de los mecánicos a la carrocería. Además, cada vez que se chocan quedan hechos un jodido trapo esos cacharros, que parece que están hechos de plastiquillo, no sé de qué medidas de seguridad hablan esos locos.
Lo único seguro de esos coches es que no se puede salir disparado de ellos, porque el conductor va encajado dentro como si fuese una salchicha en un… euhm… bocadillo de salchicha particularmente estrecho.
Lo más aburrido debe ser ir a verlo en directo, porque te sientas en un lado de la pista y escuchas “GGGGGIIIUAAAAUUUUUUU!!” mientras pasan los coches folladísimos como putas balas, y no los vuelves a ver hasta de aquí a 27 putos minutos, ya que a lo lejos son imposibles de ver. Verlo por tele tampoco es muy entretenido, sólo se ven imágenes de coches yendo rápido y no está pasando absolutamente nada, que no se sabe si es la carrera o un video del nuevo Gran Turismo, que lo podrían meter y nadie se daría cuenta.

Yo, personalmente, he elaborado una pequeña lista de cosas que podrían mejorar muchísimo el entretenimiento en la F1. Habría que hacerlo en plan Mario Kart: lo primero sería permitir que los conductores pudiesen arrojarse ofensivamente pieles de plátano y caparazones de tortuga, y que si se salen del circuito, en vez de morir y todos llevarse las manos a la cabeza, ha de salir un bicho raro cabalgando una nube que “pesque” con una caña de pescar al coche accidentado, devolviéndolo a la carretera (algo muy espectacular y que atraería a muchos fans, especialmente a mí).
Espero que al menos eso sirviese para abrir boca hasta que se elabore la correcta y verdadera competición de vehículos, que lleva gestándose desde que los hombres ataron unas ruedas a un caballo e incrementaron su velocidad exponencialmente solo en bajada: un torneo definitivo en el que pelean a muerte robots gigantes para ver quién es el más fuerte

jueves, 6 de mayo de 2010

Popeye el Marino (que no sirvió en ningún barco)

Hay muchas cosas que decir sobre Popeye. Lo primero que quiero comentar es su nombre, que significa “Ojo (eye) salido (pop)”, “pop” también podría significar “estallado”, pero me da miedo que ese sea su nombre, porque implicaría que me he de imaginar a Popeye con el globo ocular reventado y todo llenándose de bilis amarilla y sangre. Beej.De cualquier manera, el “pop” de Popeye está claro que no significa que su ojo sea parte de la cultura popular, como en “música pop”.

Se supone que eso de “salido” (uhm… lo del ojo, quiero decir) viene porque es tuerto, implicando que se sacó el ojo de alguna manera brutal, como en “deja de jugar con ese destornillador, que al final te vas a sacar un ojo”. ¿Y la gente se queja hoy de que Padre de Familia y los Simpsons son muy fuertes a veces? ¡Los dibujos de antes si que eran brutales!De todas formas, yo creo que lo de ojo saltón viene por el ojo que aún tiene, que como vemos está salido hacia fuerza de manera exagerada, no por el otro, que entonces no sería saltón, sería absorción, ya que tiene el ojo como chupado hacia dentro.
Su historia no encaja: Yo he visto algunos tuertos y no tienen esas muecas contraídas de manera grotesca en la cara, que parece que en vez de ojo de cristal le hubiesen puesto un jodido agujero negro debajo del párpado, pero vamos a aceptarlo, porque al fin y al cabo, de un tío que tiene incrustada en la mejilla una pipa, los antebrazos diez veces más grandes de lo que deberían ser y la barbilla en forma de culo, discutir sobre una deformidad más o una deformidad menos es perder el tiempo. Digamos tan sólo que como es un dibujo lo pueden ver los niños, pero que si hubiese alguien así sobre la Tierra hasta a nosotros nos darían pesadillas.

En sus antebrazos, Popeye tiene también unos tatuajes en forma de ancla (en alguna ocasión he hablado sobre el peligro que estas representan para la humanidad). Estos tatuajes se supone que son de cuando sirvió en las fuerzas navales del ejército, no se sabe cuál, pero sabiendo que gente así está defendiendo el mundo yo ya me siento más tranquilo. Ya puede salir Cthulhu de los mares, que en ver a Popeye y sus amigos se volverá a R’lyeh corriendo, gritando: ¿¡Y A MÍ ME LLAMAN MONSTRUO!? y cerrará la puerta. Para siempre.

De Popeye se ha dicho muchas veces que las espinacas le dan fuerza sobrehumana, pero esto es mentira. Por lo que yo he visto, comerse las espinacas (aunque no sé si puedo aplicar el verbo “comer” a cuando las espinacas, convertidas en una masa fangosa verde y protoplásmica, salen volando de una lata de conservas y se introducen violentamente a través de su pipa.
Ciertamente no es fumar, pero por Dios que eso tampoco es comer…) no sólo le da fuerza e invulnerabilidad y curación, sino otras muchas mutaciones y cambios físicos, como usar la pipa de propulsor para nadar a grandes velocidades e incluso recuerdo que una vez salió humo a través de la pipa en plan chimenea de una locomotora y, sin más explicaciones, Popeye salió volando por los cielos como un jodido avión.Luego alcanzó un globo donde huía su enemigo Brutus, y lo infló de hostias. Así está de loco, ese jodido Popeye, que a veces se come la lata entera de espinacas, sin abrirla siquiera.
Pero en fin, hay otros muchos personajes en su serie, como este Brutus que acabo de decir, que también hay quien le llama Bluto, pero es mejor no hacerlo porque se confunde con el perro de Mickey Mouse, que se llama casi igual (Pluto), y aunque una batalla entre ambos sería algo que yo pagaría por ver, nos podemos meter en follones muy gordos. Es un gigantón que le puede a Popeye, excepto cuando va dopado, ya que el mensaje de la serie más que el comer espinacas lo que fomenta es que el doping es bueno si se utiliza con fines justos… como partirle la cara al tío que te levanta la novia.
La novia florero (no solo por su papel, sino por su jodida forma), llamada Olivia Olivo (está claro que no se rompieron mucho la cabeza pensando en ella) es, por último, un elemento imprescindible de las historias de Popeye. Su misión es ser secuestrada y gritar mucho, agitando los brazos como si fuesen látigos y dentro no hubiesen huesos.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Espinacas: el enemigo de la infancia de más de uno

Lo primero que pensé cuando el cocinero me dijo que la ensalada contenía “espinacas” fue que en su interior hallaría de espinas de gran tamaño, pero no fue así. Eran espinacas espinacas, como las que toma Popeye... Bueno, quizá no exactamente no como esas.

No sé si es coca, o anfetaminas o LSD o qué mierda le ponen a Popeye que le vuelven tan loco, pero lo que a mí me dieron no me dio ni el 10% de su fuerza. Pero yo lo descubrí a tiempo, mucha menos suerte tuvo mi amigo, que salió corriendo a la calle a golpear policías y, sosteniendo aún entre sus manos con los nudillos rotos el cadáver ensangrentado de uno de los agentes, se proclamó no en una sino varias ocasiones invencible, que era el verdadero hijo de dios y que sentía “fluir el verde poder de las espinacas” en su interior, y que “un nuevo orden mundial acababa de comenzar”. Acabó acribillado a tiros. Todo por culpa de esas sucias espinacas.…

Bueno no estaban sucias. Pero sabían mal. Aunque ya de por si saben como si otro las hubiese estado comiendo antes que tú.


Además, se dice habitualmente que las espinacas son ricas en hierro. Si, ya, ¡claro! Con ellas se fabrican los putos tornillos, ¡no te jode!
Pues para todas vosotras, mamás del mundo… ¡Sorpresa!¡¡LAS ESPINACAS TIENEN POCO HIERRO!!

El origen de esta equivocación está en un error del científico E. Von Wolf (1870), que multiplicó por 10 la cantidad de hierro al errar en la colocación de una coma. Hoy día se sabe que en general las otras plantas comestibles contienen niveles de hierro similares o incluso superiores a la espinaca, como es el perejil, semillas de sésamo, acelgas, berza, col, y en general la mayoría de verduras de hoja verde oscura.

De hecho, el hierro de la espinaca no se absorbe bien porque la espinaca tiene mucho ácido oxálico y éste hace insoluble al hierro.” (Wikipedia).

Tras esto sólo hace falta ya que alguien, por primera vez en la historia de la humanidad, muera a causa de claverse una raspa de pescado en la garganta y habremos vencido a nuestras madres para siempre.

Euskadi Ta Askatasuna

Euskadi Ta Askatasuna no está escrito en japonés ni es el título de ninguna nueva serie manga sobre robots gigantes, aunque molaría un huevo. En realidad, significa… uhm… “Euskadi está asqueada”, como refiriéndose a que están hasta las narices de la opresión españolista y todo eso. Son gente muy peligrosa, que no saben dónde está el límite a la hora de hacer gamberradas.
Nadie las vacila, excepto yo, que me río de ellos porque soy así de guay.
La historia de ETA es más desconcertante que los videos que ponen en las pantallas de las discotecas, que no se corresponden nunca con la canción que está sonando ya que en realidad son los videoclips de otras canciones, porque al principio a mucha gente le caían bien ya que vacilaban enormemente a Franco, matando diversos cargos importantes de la dictadura (sin mucho éxito, ya que habían muchísimos imbéciles más detrás para sustituir a los muertos).

Ya desde el principio había malos rollos dentro de ETA, porque no se decidían si eran comunistas o nacionalistas. Actualmente sus objetivos son (100% probable) la conquista total y absoluta del mundo, y no se preocupan por esos debates que influyen poco sobre el dominio de la humanidad.
Tenían un partido político (Batasuna) que fue ilegalizado, y desde entonces han tratado de presentarse a las elecciones cada año formando un nuevo partido, que siempre acaba ilegalizado porque son unos completos ineptos a la hora de disimular que son los mismos gamberros del año pasado.

Al final de la dictadura, también salieron un montón de organizaciones violentas contrarias a ETA, que tienen en común, además de un irrefrenable odio contra ETA y sus miembros, un malísimo gusto a la hora de elegir nombre, entre ellos destacan:

Antiterrorismo ETA (ATE): Que se creyeron muy listos e irónicos al poner las letras de ETA al revés para señalar que iban contra ellos.

Grupos Armados Españoles (GAE): Que ni siquiera especifican qué diablos quieren o para qué mierda se han juntado. Sólo nos dicen que son un grupo, tienen armas y son españoles, no se sabe si van contra ETA o quieren reivindicar las judías con chorizo como plato nacional o qué mierda.

Guerrilleros de Cristo Rey: Seriously, what the fuck!? ¡¡Hay que ser realmente un anormal para crear a un grupo que se llame así!! Parece el nombre de un club de moteros formado únicamente por monaguillos recién salidos de misa.

Alianza Apostólica Anticomunista (AAA): Uno de los grupos más poderosos, formado por obispos grasientos y curas chungos muy macarras, que golpeaban a la gente con sus biblias hasta matarlos. Daban unas hostias tremendas. (HA HA HA... Qué dios del humor que soy...)

El rincon de la sabiduría de Moderno Total 2: ¿Qué debería hacer ETA?
Construir robots gigantes. No, en serio. A poco que fueran chulos los robots, todos nos uniríamos a ellos para tener uno, y serían los amos... Joder. Necesitamos esos robots.