sábado, 12 de enero de 2013

Entrevista a Godzilla


Todo el mundo cree conocer bien a Godzilla. Ha salido en películas, discos de música, videojuegos... No es para menos: Godzilla fue considerado el mejor rapero del mundo entre 1998 y 1999, lo que (junto a su desbordante carisma y su tendencia a destruir ciudades cuando se cabrea) le condujo de inmediato al estrellato.
Lo que muchos no saben es que Godzilla nació en una modesta familia japonesa: Su padre era un lagarto común que trabajaba como contable en una pequeña empresa, y su madre una bomba nuclear. Fue una infancia muy dura porque vivían en una pobreza extrema: si Godzilla quería comer, tenía que arrasar el puerto de Tokyo él mismo.
Godzilla danza junto a su mejor amigo King-Kong
en Motas de Teruel (Albacete), 1965
 Expulsado de la Universidad Politécnica de Hokkaido en 1965 a causa de su incapacidad física para sostener un bolígrafo, así como también por llenar con radioactividad varias aulas, Godzilla desempeñó trabajos de baja calificación profesional tales como: poderoso esbirro, monstruo descerebrado creado por un científico loco, reponedor de supermercado, aparcacoches, vendedor de seguros de vida por teléfono, CEO de Movistar, miembro no oficial del batallón de castigo de las SS y dependiente en un Burger King.
A pesar de esto, con mucho esfuerzo y trabajo duro Godzilla logró ascender tanto social como físicamente, hasta llegar a convertirse en el monstruo de ciento veinte metros de altura que todos conocemos.
Su característico rayo de aliento atómico, reconoce, “se me ocurrió mientras miraba una película junto a un amigo de infancia”. Un amigo que perdió trágicamente consumido en fuego nuclear, instantes después.

Es este contacto con sus orígenes lo que Godzilla considera la clave de su éxito: “La gente me ve como un hombre corriente, el hombre de la calle. Soy el típico dinosaurio gigante radioactivo que la gente ve todos los días, que podría vivir en el piso de al lado o ser su compañero de trabajo.”, nos explica desde su fabulosa mansión en Miami.
“Mis temas están en contacto con las preocupaciones corrientes de las personas: no saber si la chica que les gusta les corresponde, si podrán llegar a fin de mes, o si serán capaces de educar correctamente a los hijos que salgan de los docemil huevos que están incubando en ese momento”, añade.
Las relaciones amorosas de Godzilla han acabado siempre
con unas batallas que su madre no gana para disgustos.
Otra de las facetas conocidas de Godzilla es, por supuesto, la cinematográfica:
Su primer contacto con el cine fue en la película de Disney “Alvin y las Ardillas 3: ¡Aventuras Disparatadas!”, donde interpretaba el rol protagónico de Jean-Marcelle, un actor heroinómano caído en desgracia que recuerda tiempos mejores, y que debe hacer frente a las facturas que le llegan de su hija enferma mediante la única forma que conoce: donar su riñon a una mafia de traficantes de órganos chinos.
La interpretación le valió dos Óscars (mejor actor y mejor película del 2002), así como varias menciones en el Club Disney en 14 de Abril por la mañana, entre el episodio 112 de Ben 10 y un concurso tipo gimkana para unos niños.
“Grabar Alvin y las Ardillas 3: ¡Aventuras Disparatadas! fue una de las experiencias artísticas más enriquecedoras que he tenido jamás, aunque se viese ensombrecida”, admite con cierta pena, “por la polémica de que el título había atraído a los cines un público muy diferente al esperado.”.

Sobre un posible regreso delante de las cámaras, Godzilla no promete nada. Ahora mismo está ocupado componiendo el tema principal de la banda sonora de la vigesimoséptima entrega de “The Fast & The Furious”.
“La canción lleva por título Tu Próximo Rayo de Aliento Atómico Podría Ser El Último, trata sobre que tu próximo rayo de aliento atómico podría ser el último, es una oda al carpe diem. Los coros los hace Christina Aguilera, y tiene uno de los mejores estribillos que he compuesto, dice así: Tu prooooximo alientooo atómicoooo podría ser el últimooo”.

Llegados a este punto nos despedimos rápidamente (le canta el aliento a atún y pescado podrido que casi nos tumba), y huímos en jeep mientras le deseamos lo m

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