Grandes granujas españoles: Luis Roldán

Me enorgullece hoy presentar a uno de los mayores hombres (¿qué digo hombre? ¡un dios! ¡un ejemplo de vida! ¡Una auténtica leyenda viva!) que España ha producido. Porque muchos hombres han estafado y robado dinero a lo largo de la historia (y Dios sabe que muchos más lo harán en el futuro), pero ¿a cuántos de ellos se les ha dedicado un cómic entero de Mortadelo y Filemón? Sólo a Luis Roldán.

Su historia es, desde cualquier punto de vista, admirable. A pesar de sus humildes orígenes, Luis Roldán logró obtener titulaciones a distancia en Sociología y Ciencias Políticas. Durante esa etapa universitaria, aprendió todos los conocimientos que tan útiles le serían a lo largo de su vida. Debido a que las universidades a distancia son un timo, al licenciarse ya tenía el culo pelado en conocer toda clase de estafas y chamacucos para sacar el dinero a la gente.

Gracias a estas “habilidades”, logró escalar dentro del partido socialista (PSOE). Algunos expertos opinan que, por su trayectoria profesional, quizá hubiese sido más adecuado que se afiliase al PP, pero como él mismo dice en sus memorias: “allí lo hubiese tenido mucho más difícil para ser un rufián (por la competencia)”.
Su ascendente carrera política culminó cuando fue nombrado Director General de la Guardia Civil. Era el primer civil que ocupaba el puesto, cosa que para mí no tiene mucho sentido porque según su nombre se supone que debería ser una guardia que está formada por civiles, pero parece que no, que es sólo una fraudulenta estrategia de márketing.

El caso es que Luis Roldán sorprendió a todos ejerciendo su cargo con inusitada eficiencia, deteniendo numerosos crímenes importantes. Como él mismo declararía a una entrevista concedida a los medios de aquél entonces: “Resulta extraño, pero de algún modo es como si pudiera sintonizar la mente de los más vulgares criminales y de la escoria de la sociedad, para ponerme en su lugar y pensar exactamente como lo hacen ellos…”.

Las cosas comenzaron a complicarse para Luis Roldan cuando, en 1993, fue nombrado como uno de los hombres más ricos del mundo por la revista Forbes. Al principio, Roldán logró defenderse bastante bien de las acusaciones de jueces y periodistas, pero a medida que la presión judicial se iba incrementando, se fue debilitando cada vez más y más su teoría de que todo era una herencia que le había dejado su tía por parte de madre.
Desesperado, finalmente escapó al extranjero. Semanalmente iba mandando pistas a los periódicos con fotos y datos curiosos de los países que iba visitando, a ver si la gente averiguaba donde estaba, y solamente el agente del CESID Francisco Paesa, jugador muy ducho del “¿Dónde está Carmen Sandiego? Búscala por el mundo” logró detenerle en Bangkok (Tailandia), donde “la gente tiene elefantes como mascota”. Sería encarcelado durante 15 años.

Al parecer, Roldán había estado millones del presupuesto de la Guardia Civil (que no es civil) a su cuenta corriente. Al menos la mitad de la plantilla de dicho cuerpo policial había sido sustituida por chimpancés adiestrados, y sorprendentemente no solo nadie había notado la diferencia, sino que además se habían logrado importantes logros en materia antiterrorista, como la desarticulación de la cúpula directiva de ETA de aquél entonces.

Curiosamente, lo que más bienestar le ha reportado a Luis Roldán, a largo plazo, no ha sido su habilidad como ladrón sino como escondedor de dinero, tal y como atestiguan los diez millones de euros que robó y que nadie ha sido capaz de encontrar. Que los disfrutes, Luis.
Te los has ganado.