Los Protoss eran los tipos que yo más odiaba del Starcraft, los elfos del juego (y con esto no quiero decir que sean flojos, al contrario, son unas putas máquinas de matar que nadie les puede vacilar).
Puede que muchos de vosotros os estéis preguntando ahora: "¿qué son y por qué no los hemos matado ya?". Bien, lo primero que hay que decir es que son una raza de reptiles (o lo parecen), delgados y sin boca (y ahora explícame cómo podia ser que hablasen) y con tremendos poderes psiónicos (o sea, que hacen magia. No dejes que te engañen con su verborrea de poderes psíquicos y mierdas: hacen magia y punto).
Gran parte del dopamiento que me traen los Protoss viene de que, aparte de su vida normal, tienen un escudo energético o no sé qué mierda, que se va regenerando solo, lo que hace que matarlos sea más chungo que su puta madre.
¡Ah! ¡Eso y que los edificios se construían solos! ¡Vaya morro! El currito ponía un boloncho azul en el suelo y eso al cabo de un rato se transformaba en un edificio. Lo único malo era que sólo podían construir en el rango de unas farolas con un diamante, porque les dá miedo la oscuridad.
La unidad básica de infantería de los Protoss eran unos colgados llamados Zealots, con unas garras plan lobezno hechas de energía pura que salía de su mente (...vaya mariconada). Los Zealots eran hardcore: eran capaces de destruir un tanque a puñaladas, y hay que ser muy hardcore para hacer eso (casi tanto como un aldeno del Age of Empires que con un garrote era capaz de destruir un muro de piedra y ponerlo en llamas).
Pero los Protoss no sólo tienen unidades cuerpo a cuerpo, sino que los guerreros más poderosos eran metidos en una especie de vehículos en forma de araña, llamados Dragoons (bueno, eso en teoría, porque si te ponías a construir podías hacer los que te diera la gana... la única explicación es que llegado cierto punto los Protoss comenzaban a lisiar jóvenes y sanos guerreros a propósito para crear más cacharros de estos).
Los Dragoons disparaban una serie de bolas azules que lo destruían todo en segundos.
Otra de las unidades interesantes de los Protoss eran los Templars, unos magos que flotaban sobre el suelo y hacían juegos de cartas. Dos templars podían fusionarse para formar un Arconte (una especie de ridículo ser azul en forma de pelota, obviamente hecho así para ahorrarse tener que dibujar las animaciones correspondientes).
Existían tambien otros tipos llamados Dark Templars, básicamente iguales que los normales pero en emo y con otro repertorio de trucos de magia. Podían fusionarse también, en este caso formando una bola de color rojo.
La unidad más odiada de los Protoss, para mí, era el Carrier, una especie de dirigible gigante de cuyo interior emergían un centenar de navecillas minúsculas que te sobrevolaban como un enjambre de moscas cojoneras y traían la aniquilación.
El resto de las unidades protoss eran basura inservible, estando a la cabeza de todo un cacharro en forma de oruga que disparaba unas bombas que había que ir construyendo una a una. ¿Qué se creen, que los cristales y los gases tóxicos los regalan? ¡No he tenido que pagar la munición ni el mantenimiento de ninguna de las demás unidades, pensaba que eso era una especie de ley no escrita de la buena educación de este tipo de juegos! ¿Qué será lo próximo?
domingo, 1 de agosto de 2010
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