Se supone, o al menos así siempre me han dicho, que en la Fórmula 1 se innova y se prueban mil cosas útiles para los coches normales, (los que no parecen alfombras mágicas que les hayan puesto carrocería por encima y un alerón, y que los conduce la gente normal, que no van con trajes con mil patrocinadores que les hacen parecer anuncios ambulantes y jodidos calidoscopios vivientes).
Pero yo no sé qué mejoras serán esas, si son tan defectuosos esos trastos que no aguantan ni la carrera entera, a la mitad o así tienen que ir al mecánico en boxes a que se lo arreglen todo a velocidad rapidísima: en milésimas de segundo ya han cambiado el alerón, rellenado el depósito de combustible, cambiado las ruedas de mantequilla por otras nuevas y han atornillado por error uno de los mecánicos a la carrocería. Además, cada vez que se chocan quedan hechos un jodido trapo esos cacharros, que parece que están hechos de plastiquillo, no sé de qué medidas de seguridad hablan esos locos.
Lo único seguro de esos coches es que no se puede salir disparado de ellos, porque el conductor va encajado dentro como si fuese una salchicha en un… euhm… bocadillo de salchicha particularmente estrecho.
Lo más aburrido debe ser ir a verlo en directo, porque te sientas en un lado de la pista y escuchas “GGGGGIIIUAAAAUUUUUUU!!” mientras pasan los coches folladísimos como putas balas, y no los vuelves a ver hasta de aquí a 27 putos minutos, ya que a lo lejos son imposibles de ver. Verlo por tele tampoco es muy entretenido, sólo se ven imágenes de coches yendo rápido y no está pasando absolutamente nada, que no se sabe si es la carrera o un video del nuevo Gran Turismo, que lo podrían meter y nadie se daría cuenta.
Yo, personalmente, he elaborado una pequeña lista de cosas que podrían mejorar muchísimo el entretenimiento en la F1. Habría que hacerlo en plan Mario Kart: lo primero sería permitir que los conductores pudiesen arrojarse ofensivamente pieles de plátano y caparazones de tortuga, y que si se salen del circuito, en vez de morir y todos llevarse las manos a la cabeza, ha de salir un bicho raro cabalgando una nube que “pesque” con una caña de pescar al coche accidentado, devolviéndolo a la carretera (algo muy espectacular y que atraería a muchos fans, especialmente a mí).
Espero que al menos eso sirviese para abrir boca hasta que se elabore la correcta y verdadera competición de vehículos, que lleva gestándose desde que los hombres ataron unas ruedas a un caballo e incrementaron su velocidad exponencialmente solo en bajada: un torneo definitivo en el que pelean a muerte robots gigantes para ver quién es el más fuerte
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