LA HISTORIA QUE ENSEÑÓ A TIMMY EL SENTIDO DE LA NAVIDAD

Un cuento de navidad, por Moderno Total 2

-Oye, chico – dijo el Espíritu de las Malas Navidades a Timmy - ¿sabes qué te toca hacer hoy?
-Tengo que ir con mis padres a comer a casa de mi tía Agnes – contestó el muchacho.

-Y dime, ¿no preferirías quedarte en casa jugando a la PS3 con el Assassin’s Creed 2 y el GTA IV que te acaban de comprar?
-Hmmm… - pensó detenidamente Timmy. Ciertamente, tenía curiosidad por probar ese truco que le habían contado de atropellar a las prostitutas para recuperar el dinero - La verdad es que si…

-¡Cuidado, Timmy! De todo esto no puede salir nada bueno – le advirtió el Fantasma de las Buenas Navidades.
-No le hagas caso – dijo el espíritu – y díselo a tus padres.

-Mamá, papá, no quiero ir a casa de la tía Agnes. Es vieja y su casa huele mal. Quiero quedarme en casa jugando a los videojuegos. El primo Juanjo no va.

-Pero, Timmy, el primo Juanjo es mayor – le contestó su madre – ¿Y si el primo Juanjo se tirase dentro de un pozo, tú también lo harías?
-Si fuese un pozo pequeño, puede.

-No puede ser, Timmy. Va toda la familia. Mira, tú ven a casa de la tía Agnes y por la noche cuando volvamos podrás jugar todo lo que quieras a la videoconsola, ¿vale?
-Pero…

Su padre, un hombre comprensivo y cariñoso para con su familia, zanjó tiernamente la conversación con un poderoso guantazo con la mano abierta en la cara de Timmy.

-Creo que ya lo entiendo – dijo Timmy un rato después al Fantasma de las Buenas Navidades – los juguetes y los regalos no son lo importante en la Navidad, sino una manera de chantajear y extorsionar a los niños para que hagan lo que los adultos quieran.
-Exacto – le contestó el Fantasma.

Y así, Timmy aprendió que el verdadero sentido de las navidades no son los bienes materiales y los regalos, sino cumplir con asquerosos y deleznables compromisos familiares y reunirte una vez al año, sólo por obligación, con personas a las que odias.

THE END