The fanatic 4

Los 4 fantásticos no se llaman así porque beban mucha Fanta, sino porque son cuatro y tenían superpoderes.
El origen de sus asombrosas habilidades viene de que, durante un viaje al espacio, sufrieron un bombardeo de rayos cósmicos o yo qué sé qué mierda que volvieron todos ellos convertidos en mutantes.

El líder del equipo, Reed Richards, es un científico de mediana edad conocido como El Hombre Elástico (o Mr. Fantástico), que podía alargarse como Dhalsim. Este poder no servía para nada contra los criminales, pero os aseguro que le ayudó mucho a la hora de mantener su matrimonio unido durante todos esos años.

También estaba su esposa, Susan Storm, La Mujer Fantástica, con el poder de volverse invisible y crear campos de fuerza que si los golpeas le sangra la nariz.
Su poder es imprescindible para mantener unido al equipo: Cuando no luchan contra el mal, se reúnen en el edificio Baxter, que es donde viven, y se ponen a ver derbys como el Barça – Madrid y tal. Susan Storm les trae comida y cervezas, y su poder va de puta madre porque puede cruzarse por delante de la TV a limpiar sin molestarles, no como le pasa a mi madre que siempre le tiran latas vacías a la cabeza.

También está en el equipo su cuñado, Jhonny Storm la Antorcha Humana, un subnormal hiperactivo hasta el culo de coca, con el que siempre están discutiendo por temas de fútbol.

Y cómo no su mejor amigo Ben Grimm, que tiene superfuerza e invulnerabilidad, que fijaos si es hijodeputa Reed Richards que aparte de transformarlo en un ser amorfo hecho de piedra, encima para coronar la broma se pone a llamarlo “LA COSA”.

Su principal enemigo era el malvado Dr. Doom (que nada tiene que ver con el videojuego), que a pesar de ser malo llegó mucho más lejos en la vida que los 4F todos juntos, porque llegó a tener su propio país (Latveria).

Es un dato conocido que Victor von Doom era de etnia gitana. Yo no sé qué narices pasa en Marvel que todos los malos son gitanos o judíos (véase Magneto) o miembros de alguna étnia a la que odiaran los nazis.
Quizá eso tiene algo que ver con el hecho de que la haya comprado Disney, dada la complicidad del señor Walt con nuestro amigo el del bigote