viernes, 30 de abril de 2010

Libros de segunda mano


Hoy he estado comprando libros de segunda mano. Para empezar, eso de segunda mano es una expresión que me convenza, porque según mis cálculos todos tenemos dos manos y, exceptuando que el tío sea manco o utilice la Fuerza para pasar las páginas, infringiendo así varias normas importantes del Código Jedi que prohíben expresamente usar la Fuerza para cosas así, las mías serán la terceras y cuartas manos que toquen el libro.

Observando detenidamente los libros, prefiero no pensar mucho en las manchas que muestra el libro en los laterales. No quiero saber donde ha estado. Comprar cosas de segunda mano es hacer un voto de confianza en el anterior propietario, confiar en que no se limpió el culo y sin lavarse las manos sostuvo el libro, o que no orinó sobre él.No, no lo digo en broma. Parece que para orinar sobre un libro hay que hacerlo a propósito, pero no es así.
A mí una vez se me cayó una edición de las Meditaciones Metafísicas de Descartes al retrete (cosas que pasan por leer mientras se hace pis de pie). No hace falta decir que lo saqué inmediatamente, lo sequé y lo limpié… pero que desde entonces ya no me hace tanta gracia leer a Descartes...

O, por ejemplo, imaginad que el ejemplar de El Ser y el Tiempo de Heidegger que hay sobre mi mesa pertenecía a unos yonkis, que se hacían rallas de coca sobre sus páginas mientras lo leían (cosa que seguramente hace el libro mucho menos ladrillo, estoy seguro), y está todo impregnado de droga o yo que sé qué mierda. O que igual después de leerlo se metían chutes de heroína para repasar la lección y aprendérselo, o como premio, o yo que sé. Todo eso puede estar ahí y drogarme cuando yo menos me lo espere. Entonces creeré que lo que estoy leyendo tiene sentido y antes de que me dé cuenta seré uno de esos viejos del Opus Dei que creen en la metafísica post-aristotélica. Seguro que es lo que les pasó a ellos.

Por eso no hay que tener esa costumbre de lamerse el dedo para pasar de página. Ya sólo con la adherencia natural del dedo puedes pasar página bien, a no ser que seas uno de esos tarados que se borran a sí mismos la huella dactilar.
No sé si quizá eso de lamerse el dedo es como para averiguar el sabor del libro, en ese caso es bastante mala idea, especialmente con esos libros amarillentos y viejos que venden por ahí, amigo, eso sólo puede saber a auténtica mierda.

Pero me gusta el olor, no obstante, de las páginas amarillentas y viejas. Huele bien, huele a cultura… aunque alguien podría decir que a lo que huele es a papel rancio y podrido, pero bueno, eso da igual.Una cosa curiosa sobre los libros de segunda mano es que suelen tener tapas blandas. No sé por qué la gente no vende nunca sus libros de tapa dura. Bueno sí que lo sé, porque hacen muy buen adorno en la estantería, al contrario que los de tapa blanda.
Los únicos libros de tapa dura que hay de segunda mano son esos que la cubierta tiene como una tela de terciopelo que parece que se lo hayan puesto para que no pase frío el puto libro o pille la gripe.

Pero bueno, aunque sean de segunda mano, espero disfrutarlos enormemente. Comprad libros. Leed. Y quemaos los ojos.

sábado, 24 de abril de 2010

Marte 2030: Con cohetes y a lo loco

Últimamente ha habido una noticia que ha pasado poco advertida en medio del aluvión de historias sobre los vuelos que se han parado estos días (¡os dije que os equivocabais al abandonar el dirigible como método de aviación, os lo dije…! Ahora yo puedo volar con mi estúpido trasto altamente inflamable, y vosotros os fastidiáis en tierra ¿¡quién es el loco ahora!?)
Pero no, la noticia a la que todos deberíamos haber prestado atención y no lo hemos hecho ha sido que la NASA ha dicho que 2030 quiere poner astronautas en Marte, por sus cojones.

De hecho, muchos tenemos rabia a esos malditos marcianos desde que trataron de invadirnos hace tantos años a bordo de sus trípodes, como bien nos avisó el señor Orson Welles.
Entonces nos pillaron completamente por sorpresa, y sus robots nos machacaron. Pero hoy, un siglo después, todos los humanos de la Tierra hemos visto Evangelion por lo menos un millón de veces, y tenemos la tecnología suficiente para montar unos mechs macarras con llamas pintadas y enormes ametralladoras, que en cuanto los vean entrar a toda velocidad en la tenue atmósfera de su planeta los marcianos van a tener que desarrollar un culo, si es que aún no lo tienen, para poder cagarse enteros del miedo.

Da igual que traten de defenderse contra nuestro poderosísimo Megazord, porque nuestro robot tiene tanto poder que al primer trípode que se le acerque le va a meter una patada que lo va a colocar en la puta quinta galaxia, a tomar por culo. Así, caerá rápidamente toda su civilización, mientras los supervivientes contemplan horrorizados la metálica sonrisa del Megazord, que le hace parecer un playmovil.

Dejando de lado el tema de las guerras, que nunca está de más hablar de él, lo peor de Marte será la colonización. Como no hay aire, la gente tendrá que vivir en cúpulas, será como visitar un museo acuático, solo que no puedes encontrar la salida: después de la tienda de souvenirs no hay nada.
A decir verdad, poca cosa hay que hacer en Marte. Seguro que hay mucho metal que excavar, pero la verdad, para sacar hierro del suelo prefiero hacerlo en la Tierra, que al menos no corro el peligro de que me falle el traje ambiental y acabe convertido en puré.

Marte no está bien ni siquiera para una visita temporal, ya que su oferta turística es simplemente penosa. Frases como “atención, que llegamos a La Cara de Marte, una montaña que desde el espacio muestra una cara humana esculpida en la faz de por quien sabe qué civilización desconocida marciana… pero que ahora que la vemos aquí de cerca se ve claramente que es una jodida montaña normal” o “y ahora, si miran a su izquierda, podrán ver un descampao de rocas como el que llevamos viendo en los últimos diez putos kilómetros que hemos recorrido” transformarán el oficio de guía turístico de Marte en uno de los más sencillos a la par que peor remunerados oficios del universo.
Pero todo esto son minucias: hay que apoyar si o si la conquista humana del espacio. Son estos pasos los que nos acercan cada vez más a los grandes ideales de nuestra civilización: el encuentro de alienígenas buenorras con forma de mujer despampanante de los más diversos colores. Aguardemos todos con esperanza ese día.

miércoles, 21 de abril de 2010

Galletas Oreo: Breve Ensayo

El mundo industrializado está lleno de productos alodos y paranoicos que contaminan enormemente al mismo tiempo que nos entretienen. Tenemos televisores planos tan avanzados que ya son capaces de pudrirnos el cerebro a la misma velocidad que nos queman las retinas y nos dejan ciegos. Conducimos coches que funcionan quemando los restos licuados de plantas y animales que vivieron hace miles de años.
Si, nos paseamos por ahí con nuestros vehículos alimentados por cadáveres de dinosaurio y tenemos una floreciente industria del porno, los videojuegos y las gafas de sol. En definitiva, la humanidad avanza, amigos, ¡avanza!

Y en lo alto de esta cúspide de la tecnología, se hayan las galletas Oreo, una especie de de residuo industrial reciclado, que no sabían si tirarlo al mar o vendérnoslo como comida. Para empezar no me creo lo que dice la caja de que la cosa esa de color antinaturalmente oscuro de la galleta esté hecha de chocolate. Si dijeran que está hecha de trozos de neumático desechado me lo creería, pero ¿de chocolate? Amos venga.

Sólo hay que meterse en la boca una mini-oreo, que parece que estés masticando carbón de barbacoa.E


sa mierda no puede ser buena. Seguro que tiene tanto colesterol que si le acercas un mechero lo más posible es que explote. Hacedme caso, la crema es lo único normal de esa puta galleta.

De todas formas, está claro que saben bien. Son un ejemplo de la única moraleja coherente de El Rey León (aparte de las ventajas de la vendetta personal): “Asqueroso, pero sabroso”. (El hakuna matata, vive y deja vivir es refutado una docena de veces a lo largo de la película).


En realidad no odio tanto a las Oreo como parece. Es sólo que se me acaba de romper la que me iba a comer cuando he intentado destaparla como en los anuncios. Si quieren que las destapemos, podrían hacer más blanda la crema esa del medio, que parece adhesivo químico, joder. Pero por mí comedlas, comedlas tranquilos.


...Aunque sean un plagio descarado de la tecnología de las galletas Príncipe, que son las mejores galletas de todas (aunque sean todavía más difíciles de destapar, si cabe...).

jueves, 15 de abril de 2010

"Visca, visca" de qué? Putos Bobobobs...

Me ha decepcionado bastante investigar sobre los Bobobobs, serie mítica en Cataluña donde las haya, porque me he enterado de que sólo hicieron 26 capítulos y que NUNCA LLEGARON A LA TIERRA. Menudos maricones.
Para mí, está claro por qué no lo lograron, aparte de porque carecían de los conocimientos y habilidades más básicas para viajar por el espacio. La razón principal es la siguiente: su nave era una mierda. Para empezar, estaba hecha de madera. Mirad, chicos, yo sólo puedo manifestar hasta cierto punto la apabullante estupidez que supone viajar por el espacio con una nave hecha de madera. Para empezar cualquier meteorito que pasase dejaría ese galeote con forma de pelota que llaman nave roto en más piezas que su puta madre, y además, la madera no aísla de la radiación cósmica del espacio, por lo que mi conclusión es que los putos Bobobobs llegarían hechos unos jodidos monstruos cancerígenos dignos de protagonizar una novela de Stephen King.
La gran duda que me asalta después es ¿Cuánto tiempo se supone que debía durar el viaje? A nosotros ya sólo ir a Marte, que está como quien dice a dos paradas de metro de la Tierra, nos cuesta unos cuantos años, así que no quiero ni imaginar el cholón de siglos que tardarían los Bobobobs, que parten de un lejano planeta en los confines del cosmos, teniendo en cuenta que nunca en la serie dicen que sean capaces de doblar el espacio o de viajar a la velocidad de la luz. Es más, por la velocidad a la que se desplazan las estrellas del fondo, diría que no van ni siquiera a la del sonido, pero me parece normal, porque en lugar de sistema de radares o sensores, lo único que tienen es a un viejo que se sube en un palo y mira con su catalejo
Eso podrá servir en la Tierra o en su puto planeta de neandertales, donde las distancias son más pequeñas, pero en el espacio equivale a no saber qué cojones tienes delante de tus narices y acabar metido en el interior de una estrella incandescente.

Los Bobobobs tampoco viajan en hibernación criogénica, para evitar el envejecimiento, ni nada por el estilo. Por lo que veo, se pasan el día fregando y limpiando la madera de la nave, como si fuese un barco convencional. Mi teoría es que aunque los Bobobobs puedan llegar incluso a la edad de 1000 años, al menos un centenar de generaciones enteras vivirían y morirían sobre las cubiertas del Bobular (ese es el nombre de ese pedazo de mierda sobre el que recorren el espacio) antes de poder llegar a la Tierra.
Y de tanto frotar con la esponja habrían dejado la cubierta como un puto queso gruyere.
Lo único que protege a los Bobobobs es una especie de burbuja dentro de la cual se puede respirar (¿?) y que puede atravesarse sin ningún problema. Los Bobobobs también pueden concentrarse en grupo para crear una supermente colectiva con poderes psíquicos y telequinéticos. Esto suena muy espectacular, hasta que te das cuenta de que no hacen nada que nosotros no podamos hacer con una de nuestras más rudimentarias grúas.

En fin, está claro que algún día, cuando los humanos exploremos el espacio, encontraremos el Bobular flotando a la deriva por el espacio, lleno de cadáveres y restos de lo que hace miles de años fueron sus tripulantes...
Aunque lo más probable es que Nyarlathotep, haciéndose pasar por el capitán de la nave, condujese a los bobobobs hasta la corte de Azazoth, el caos nuclear. Allí, se volvieron locos y degeneraron, y ahora bailan, violan y asesinan al son de la infernal melodía que tocan los demonios flautistas que giran alrededor de la masa amorfa e idiota que es el Sultán del Cosmos, en el centro del universo, por toda la eternidad:


PD: Al contrario que otra gente, yo pienso que la canción de inicio de los capítulos estaba bien, lo único que me cortaba un poco el rollo es que de sopetón la imagen se quedaba parada y aparecía un texto que nadie narraba y que te explicaba algo que no hacía falta explicar, porque era obvio (Ej: Los Bobobobs son unos simpáticos aventureros espaciales que viajan por el cosmos).
Hombre... eso se deduce viendo la imagen de la nave volando por el universo, que en aquella época hace 15 años ya se había descubierto lo que era el espacio exterior, no ibamos a pensar que es que sólo viajaban de noche, pero por lo demás está bien.

martes, 13 de abril de 2010

Los dioses vikingos la parten

La verdad es que la mitología nórdica es algo que hay que ir muy fumado para atreverse a tratar, máxime porque hay un millón de jeviatas capaces de decapitarte si la cagas en algo, y otro tanto de dioses dispuestos a freírte si eres demasiado sincero, pero bueno, qué coño, vamos allá:

Los diferentes mundos, para los nórdicos, están colocados sobre un árbol llamado Yggdrasil. Quién, cómo, por qué cojones o cuando los colocó ahí son preguntas que no debes hacer y créeme, en el mundo de la mitología nórdica has de aprender rápido estas prohibiciones si no quieres que te partan la cara.
Ahí podemos encontrar Hel, el infierno donde van los muertos, o Midgard, la ciudad esa del Final Fantasy, entre otros. Los mundos esos son lugares sin importancia en los que no vale la pena detenerse porque hay pocos monstruos que matar para obtener experiencia y subir de nivel. El único mundo que mola, a parte del nuestro, es Asgard (o Ass-gard, como me gusta a mí llamarlo), que está arriba del todo, y allí mandan los Aesires, que son los dueños de todo.

El cosmos nórdico también tiene su propia amenaza de cambio climático: hay un dragón gigante royendo las raíces de Yggdrasil y los líderes mundiales no se ponen de acuerdo a la hora de pararlo. Justo como aquí, solo que aquí aún nadie ha visto al dragón. Otra amenaza poderosa son los gigantes o Jotún (sonido que hacen sus botas al pisar el suelo, si hay alguien debajo). Odín y los suyos les inflaron a ostias hace tiempo y desde entonces han esperado pacientemente para vengarse.

Hay dos tipos de dioses: los Aesires, que son los más molones, y los Vanires, que son unos pardillos al que todos pegan. La diferencia entre ellos era que los Vanires se encargan de controlar el mar, la lluvia, las cosechas y la naturaleza, mientras que los Aesires se dedican única y exclusivamente a inflar a ostias a todo el mundo que encuentran.
El jefe de los Aesires es Odín, que de joven era un macarra y un buscabroncas y conquistó el universo. Ahora es tremendamente viejo, pero lo compensa con la enorme sabiduría acumulada de tantos años de inflar a hostias a la gente (que no le hizo más listo, pero volvió más tontos a los demás). También tenía dos cuervos espías que volaban por todo el mundo y luego se lo contaban, los muy chivatos.
Odín es también el señor Valhalla, que mandó a construir a encargo y luego tuvo unos líos tremendos con los proveedores que ya explicaré cuando haga la versión que estoy preparando de El Anillo de los Nibelungos. Su posesión más estúpida era Draupnir, un anillo de oro que cada nueve días producía ocho copias iguales. Aparte de para devaluar el oro y acabar dejando en la ruina a todo Ass-gard, no tenía otra utilidad.

¿Qué más puedo decir sobre Odín? ¡Ah, sí! Que era tuerto. No entraré en detalles sobre cómo perdió el ojo, pero a raíz de eso se le prohibió rotundamente a Thor dar collejas al resto de los dioses, debido a su tremenda fuerza.
Thor, dicho sea de paso, es el dios del Trueno y de la Fuerza, aunque sus poderes se los dan varios objetos que tiene. Puede lanzar rayos gracias a su martillo Mjölnir (lo de Dios del Trueno es un moco que se pega porque suena mejor que ser dios del rayo), que de hecho pesa tanto que para usarlo tiene que usar unos guantes especiales de hierro (que teóricamente deberían conducir aún más la electricidad del martillo y pegarle un chispazo que se cagaría en los enanos que lo construyeron y en su martillo de los cojones).

Además, tiene un cinturón de nombre jodidamente impronunciable que le da la fuerza de diez hombres. Sinceramente, a mí me parece que la fuerza de diez hombres, aparte de depender de cómo son esos hombres, no es tanta fuerza. A parte de poder partir un listín telefónico por la mitad, doblar una servilleta más de siete veces y no necesitar a nadie que te ayude para hacer la mudanza, poco más puede hacer.
La posesión más estúpida de Thor eran dos cabras que si metías los huesos bajo la piel después de habértelos comido, se regeneraban y volvían a la vida, aunque no sé si muy contentos por habértelos comido antes.
Otro de mis dioses favoritos es Loki, un dios bromista y gamberro. Tenía muchos poderes mágicos, y eso le daba mucha rabia a los otros dioses, especialmente a Odín, porque decía que la magia es para maricones. Hasta las espadas gigantes a dos manos son de maricones. En la vida hay que ir a guantazo limpio, decía él, con la mano abierta, a lo Bud Spencer.
Por sus muchas maldades, fue encadenado a una piedra, con una serpiente a la que le goteaba veneno y le daba a Loki en la cara. Su mujer le aguantaba un cazo para que no le diese en los ojos, pero de vez en cuando iba a vaciarlo y entonces Loki se cagaba en dios (irónico, ¿verdad?). Le está bien empleado por echarse una mujer tan imbécil, porque podría simplemente quitar a la serpiente.

Otro aesir famosillo es Heimdall (debido a varios videojuegos que se hicieron sobre él). Era un mudo que protegía Assgard, vigilando siempre el puente arcoíris gay que une el Valhala con los otros mundos. Su mejor objeto es un cuerno capaz de despertar a todos los vecinos dormidos a las tres de la mañana. El cuerno sonará para marcar la venida de Ragnarok, una pelea que los dioses saben que está perdida. De hecho saben quién matará a quién, quien morirá y quién se quedará con las joyas y el dinero.

Ahí terminará todo, y luego se irán a tomar un café. Habrá sido el concierto de heavy metal más grande de todos los tiempos. De todos los putos tiempos. \m/

miércoles, 7 de abril de 2010

Windows Vista y el "no sé que le pasa, que no se enciende".

La informática es, hoy en día, un mundo de mentiras. Por ejemplo, mucha gente todavía dice “se me ha estropeado el ordenador”, cuando en realidad deberían decir “he jodido mi ordenador”. En fin, todos alguna vez nos hemos tirado la tarde “arreglando el ordenador”, cuando quizá lo que deberíamos haber dicho es que estábamos “deshaciendo la mierda que nosotros mismos habíamos causado anteriormente”.
Cierto es, amigos míos, que el ordenador no nos lo quiere poner fácil. Por ejemplo, no basta con apagarlo, hay que “apagarlo bien”, algo que sólo le permitimos al ordenador, porque a mí me dice una TV que me espere, que va a ver si se puede apagar bien y le meto tal guantazo que se le sintonizan sin interferencias todos los canales del TDT de golpe.
Tampoco está muy acertado el Windows cuando pone el simbolillo ese del reloj de arena (o, en versiones más modernas, un circulillo luminoso que da vueltas), como si estuviese pensando, y lo deja así horas. ¡No estás pensando nada! ¡Mentiroso! ¡Te has colgao! ¡Puto Windooooows!

Pero bueno… Hacia el 2007 o algo así, los informáticos se dieron finalmente cuenta de que la principal causa de los problemas es (aparte de los virus que te entran por mirar páginas porno) que la mayor parte de los usuarios son el famoso eslabón perdido entre el mono y el hombre. Ya que no podían quitarte el ordenador de las manos porque eres demasiado tonto para saberlo conservar, decidieron ponértelo lo más jodido posible para hacer cualquier cosa, y bajo ese concepto crearon Windows Vista.

Windows Vista lo que hace básicamente es transformar tu PC en una puta dictadura que te lo prohíbe todo, que tanto te impide borrar la carpeta de Windows que tanto ocupa para ahorrar espacio como te impide guardar la tesis doctoral que estás escribiendo en Word.
Lo que pasa es que, como Windows Vista es tonto y no tiene ojos, se le puede engañar, haciéndole creer que tú eres otra persona, alguien que verdaderamente sabe de informática y en quien puede confiar. Lo que tienes que hacer es nombrarte a ti mismo administrador, y a partir de entonces lo que podrás hacer (es un poco confuso, lo sé) es darte permiso a ti mismo para hacer las cosas que querías hacer desde el principio, que viene a ser como nombrarte a ti mismo Dios absoluto del PC (y Windows Vista es tu sacerdote supremo, solo que sigue mandando más que tú).
Una vez hecho esto, Windows Vista ya no podrá impedirte que te cargues el ordenador como a ti te gusta, aunque puede que te toque constantemente los huevos pidiéndote permisos y ostias, así cuando pete todo en un fallo tremendo y le envíes el registro del fallo a Microsoft, te podrá llegar un mail que te ponga: “Te lo advertí”.
Por supuesto, eso de los varios usuarios omnipotentes puede a veces causar en Windows Vista graves desórdenes de personalidad, como el tío aquél que borró a todos los demás usuarios, incluido él mismo, y luego apagó el ordenador, dejándolo para siempre encerrado en su propio cosmos holístico y vacío.

Y ahora, con el nuevo Windows 7, no se sabe qué pasará, aparte de que el 99% de los juegos y programas dejarán de funcionar. Yo creo que si durante una década hemos ido esquivando el efecto 2000, ya va tocando...

sábado, 3 de abril de 2010

Series míticas de los 90: La Mujer Explosiva (Weird Science)

Hoy me gustaría recordar una de las series más míticas de los años 90 (al menos para mí). Se trata de Weird Science (Ciencia extraña), traducido a España como La Mujer Explosiva (ambos títulos son prácticamente indistinguibles, es como mirarlos en un espejo).

La serie en sí trata sobre dos nerds (Wyatt nosequé y Gary, el friki salido) que crean a "la mujer de sus sueños" (o una tía buena genérica, que al caso es lo mismo) mediante el uso de la ciencia (si, porque aparentemente, según los creadores de la serie, que le caiga un rayo a tu ordenador y mágicamente la animación 3D que estás creando cobre vida, eso es ciencia).
Lisa, la chica creada científicamente (ahora en serio, tenemos que ponernos con esto de lanzar rayos a las cosas) tenía además poderes mágicos (que bueno, no seamos quisquillosos, si ya te has creído la primera parte de la historia, puedes creerte esto también sin que te explote la cabeza). Básicamente, la tía era una especie de semidiós que podía alterar la realidad.

Muchos dicen que era una especie de genio, pero no es verdad: los genios están obligados a cumplir los deseos de otra gente y tienen mil limitaciones. Además, salen de lámparas, no de rayos que caen sobre PCs. Ya está todo dicho, la chica de esta serie no es un genio. Y no os molestéis en citar el caso del genio de Aladin una vez le quitaron las cadenas de los brazos y le hicieron libre, porque para mí eso nunca existió. Para mí solo hubo una peli de Aladin, la primera, y al final ganaba Jaffar. Él y su loro malo mataban a todos y se casaban con Jasmine. La mejor película Disney de mi vida.
¿Veis? Por eso los americanos son mil veces mejores que nosotros a la hora de hacer series: ponen una tía buena con los poderes mágicos de Dios, y aquí, en cambio, hacemos Ala Dina, y ponemos a PAZ PADILLA.
¡PAZ PADILLA, dios mío! ¿en qué estaban pensando? ¿¡en qué coño estaban pensando!?
¡Es como grabar un documental sobre animales y hacer zoom sobre las mierdas llenas de moscas! Si, es cierto que luego se sacaron un moco para intentar arreglarlo y cambiaron a Paz Padilla por una tía más guapa, pero ya era tarde, amigos, era tarde.
Ala Dina ya se había ido a la mierda para siempre (sobre todo cuando comenzaron a viajar por el espacio).

¿...De qué estábamos hablando? ¡Ah, sí! El mejor personaje de la serie no era la chica (pese a que tenía dos grandes razones de peso para serlo). El mejor personaje era Chett, el hermano de uno de los frikis, un exmarine paramilitar violento, bruto, machista, racista y dentista.
Es un personaje mítico y todas sus escenas son memorables, el típico personaje que cuando lo ves aparecer sabes que va a pasar algo increíble.
Sólo este personaje era capaz de decir que “los del Tercer Mundo son unos vagos” y al capítulo siguiente acabar liado con la tía buena protagonista (toda la quinta temporada es eso). Y no, no lo hace redimiéndose y volviéndose bueno. Sus opiniones descerebradas y medievales no cambian NUNCA, al contrario, él hace cambiar a los demás. La chica se enamora de él precisamente porque es un burro, y esas son las pequeñas cosas que me hacen recordar esta serie como una mítica de los 90.

Por eso, si hay una serie que merezca un remake actual es esta, Weird Science o La Mujer Esploxiva o Mi poya de chocolate o como la queráis llamar, no Battlestar Galáctica que en su día parecía un videoclip homoerótico de Mecano y Miguel Bosé. Que Dios bendiga América.